La confianza en nosotros mismos nos ayuda a sentirnos preparados para hacer frente a las experiencias de la vida e impacta tanto en nuestra vida personal como en los negocios.
Cuenta la historia del expresidente sudafricano Nelson Mandela, quién arriesgo su vida por una visión de un África democrática y libre siendo encarcelado durante 27 años en Isla Robben, que el escritor Richard Stengel le ayudó a Mandela con su autobiografía “El largo camino hacia la libertad”, relatando que Nelson Mandela le hablaba de sus miedos, pues no se sentía valiente y que podía vencer al mundo entero. Sin embargo Mandela sabía que sí quería ser un gran líder e inspirar a sus compañeros en prisión tenía que ocultar su miedo. Para poder tener confianza, Mandela tuvo que actuar con confianza, porque primero actúas, para que después te venga la confianza. Es buscar la fuerza a través de la mente.
Como dice la frase “Fake it till you make it”, finge hasta que lo consigas, si aprendes a cambiar la forma en cómo haces las cosas, podrías cambiar significativamente la forma en que tu vida se desarrolla. Nuestras mentes cambian nuestros cuerpos y también nuestros cuerpos pueden cambiar nuestras mentes.
Las mentes de las personas poderosas suelen tener pensamientos más positivos, tienen más confianza en sí mismos y son más optimistas. Las personas con un grado de confianza alto obtienen mejores resultados en los deportes y negocios pues sienten más emociones positivas, se recuperan de los obstáculos más fácilmente, tienen mejor salud física y mental, pues su habilidad de salir de situaciones complicadas está directamente relacionada con su grado de confianza.
Cuando nos sentimos seguros de nuestras habilidades y competencias podemos confiar en nosotros mismos, en nuestras cualidades y juicios. Y cuanto más confianza mejores resultados, por lo que para lograr mejores resultados tenemos que aprender a confiar en nosotros mismos sin pasar al exceso de creencia, sin llegar a ser arrogante sino más bien realista. Esta seguridad no es sentirse superior a los demás, se trata de saber que eres una persona capaz.
Lo más importante es que la confianza se puede trabajar como cualquier otra actitud. Esto es lo que podemos hacer para incrementar nuestro grado de confianza:
Cambiar nuestras creencias, que vienen por condicionamiento en nuestra infancia, educación, experiencias. Podemos utilizar la motivación por asociación, por ejemplo, si Lorena Ochoa, golfista mexicana, llegó a ser la número uno en Golf a nivel mundial, yo que soy mujer y mexicana también lo puedo lograr. La percepción cambia al ver a tu compatriota tener éxito.
Redefine tu autoimagen porque es como un termostato, tu rendimiento nunca va a superar lo que tú ves de ti, pero podemos cambiar nuestra percepción para cambiar nuestras posibilidades.
Copia lo que a otros les funciona. Relacionarnos y movernos como las personas que han logrado lo que queremos cambiar, lo que vemos como posible, puesto que si ella lo logró en igualdad de condiciones, nos da la seguridad de que podemos hacerlo si queremos.
Alinearnos con nuestras fortalezas y aptitudes y trabajar para empoderar aún más nuestras fortalezas. Tienes que reconocer tus fortalezas innatas y aplicarlas en lo que más te convenga, Michael Jordan es reconocido como uno de los mejores jugadores de basketball, sin embargo cuando quiso probar suerte en el béisbol no le fué tan bien con sus habilidades deportivas, y si se hubiera enfocado a éste deporte no hubiera llegado a ser uno de los más grandes basquetbolistas de todos los tiempos. Enfócate en tus fortalezas, puesto que cuantas más victorias logremos, más confianza conseguiremos para nosotros mismos.
Trabaja también en las áreas de inseguridad hasta llegar a ser competentes en esa área, la práctica hace al maestro, práctica y logra pequeñas victorias que te traerán más confianza. Si no somos buenos vendiendo, hay que practicarlo, si no somos buenos hablando en público, hay que practicarlo para tener resultados positivos y nos genere la confianza que necesitamos.
Construye y usa tu Alter Ego. Fingir ser alguien ficticio que quieres ser, con quién te identificas o proyectas, hasta que te conviertas en él. Fingir ser una versión más poderosa que te permita llegar a la confianza. Usar tu otro yo. Beyoncé hizo público sobre su alter ego, "Sasha Fierce"(Sasha la feroz), en The Oprah Winfrey Show, en 2008. Creó este personaje porque le intimidaba bailar sexy en público. Sasha era feroz por su nombre y por naturaleza, y Beyonce podía recurrir a ella en esos momentos en los que necesitaba ser valiente.
Recurre a la visualización. No tenemos que hacerlo para creer que podemos hacerlo, pero si practicamos la visualización venciendo los obstáculos y además lo practicamos en la realidad, podremos vencer con mayor facilidad.
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